En Síntesis…
Ley de migración engañosa
[Foto: Internet]
Vinicio Portela Hernández
Hace unos días compartía una amena plática con otros colegas periodistas sobre la Ley de Migración aprobada recientemente por los legisladores y promulgada por el Presidente de la República Felipe Calderón.
El eje central de la charla se basaba en la aplicación de este ordenamiento en la vida cotidiana de los estados que somos considerados como ruta del migrante y las responsabilidades que tiene la autoridad de implementar dicha Ley.
Para Chiapas convivir con migrantes es cosa de todos los días, hasta en municipios como Tuxtla Gutiérrez podemos encontrarnos en las calles a extranjeros pidiendo ayuda para seguir su travesía. En la cuestión social los chiapanecos siempre hemos sido solidarios ante tal fenómeno y tal parece ya nos acostumbramos.
Pero en el plano legal es otro “costal”, la Ley de Migración es sólo la primera parte del complejo tramo que se debe de cubrir para que se llegue a implementar las estrategias de seguridad pública o de derechos humanos.
No se puede tocar fanfarreas a algo que no está terminado, eso es lo que pasa con ese ordenamiento, falta su reglamentación que dé certeza en su implementación y su fin último.
Qué quiero decir con esto, la Ley de Migración por si sola es una normatividad jurídica, pero la reglamentación dejará en claro cómo se van aplicar por las autoridades involucradas.
Es así, que si la reglamentación de la Ley de Migración está encaminada a la seguridad nacional, que se cuiden los extranjeros que no cuenten con documentación adecuada, serán víctimas de la persecución policial e institucional y considerarán delincuentes.
Protocolos como el sellamiento de las fronteras y la militarización estarán presentes en los territorios que ahora son pasos fundamentales para el viaje de los migrantes.
Caso contrario, si la reglamentación exalta el privilegiar el libre tránsito y los derechos humanos, la Ley se convertirá en un ejemplo a nivel mundial del respeto a las personas.
Lo malo de todo esto es que la República se encuentra junto a los Estados Unidos, que dicho sea de paso estará cabildeando para que su política migratoria sea la más cercana a la que se implemente en nuestro país.
Ejemplo de esto, es que el Instituto Nacional de Migración continúa operando y trasgrediendo los derechos fundamentales de los extranjeros, aún cuando en el documento original de la Ley de Migración estaba contemplada su desaparición y sustitución por un organismo colegiado denominado Instituto de Migración que contemplaba la visoria de organismos no gubernamentales.
¿Por qué no se dio esto?, por las consecuencias políticas que representa no estar de acurdo con el vecino, sí este punto se hubiera respetado, en este momento en Chiapas no se hablaría de violaciones de los derechos humanos de migrantes por parte elementos del INM y menos aún de Agentes Migratorios involucrados en delitos de “Lenocinio”.
Otra vez la política se interpone en el bienestar social y deja los intereses de grupos de poder por encima de todo, pero la Ley ya está promulgada y solo la voluntad de los legisladores podría revertir este error garrafal.
No a la Visa
El 19 de mayo, el gobernador Juan Sabines Guerrero propuso eliminar la Visa para los extranjeros y hacer de Chiapas un territorio de libre tránsito y trabajo en el marco del Seminario “Aportes y Retos de la Nueva Ley de Migración” que convocó la Universidad Autónoma de Chiapas en la ciudad de Tapachula.
En su alocución el Ejecutivo estatal propuso que los centroamericanos puedan entrada al país y con ello se disminuiría sustancialmente la “trata de personas” delito donde están involucrados tanto como delincuentes y autoridades.
Así lo expuso Sabines Guerrero: “el problema de fondo que es la visa, que separa dos naciones, dos naciones que son iguales, que son idénticas en pobreza en una frontera plurinacional, porque aquí llega el flujo migratorio”, haciendo hincapié en que la problemática es la misma en esos países y en México, la falta de oportunidades de empleo.
Es por ello, que la Visa se debe sustituir por un documento que los mismos países centroamericanos así dispongan para acreditar la ciudadanía del migrante y su honorabilidad, esto como un filtro para descartar a miembros de la delincuencia.
La desaparición del INM así como la eliminación de la Visa, serían un buen complemento para que la Ley de Migración se esté balanceando hacia la dignificación del migrante, respetando sus derechos humanos y no como una legislación pungitiva contra los mal nombrados “indocumentados”.
Reconocimiento
Una de las cosas que más he criticado desde este espacio es el mal comportamiento de los cuerpos policiacos, que con un uniforme y la placa se creen intocables.
Ahora me doy cuenta que hay la excepción a la regla y se las comparto como una anécdota donde funcionarios públicos verdaderamente son responsables de su deber.
Tuve un percance automovilístico, donde estaba involucrado un chofer de una urvan de servicio colectivo, quien golpeó mi vehículo por “alcance”.
El “chafirete” pretendía que yo le pagara el daño, que aún que era mínimo, no tendría porque hacerlo.
Me amenazó con buscar una patrulla de Tránsito Municipal, pero por más que le hacía no llegaba, por lo que la solicité vía telefónica.
En menos de cinco minutos se presentaron dos Agentes de Tránsito que vieron el percance, al igual que los gritos y arrebatos de chofer de trasporte público.
Vieron los desperfectos de ambas unidades y nos exhortaron a arreglar el asunto por nuestra parte para que un problema “minúsculo” no se convirtiera en un asunto judicial.
Yo les dije que de mi parte no habría problema, pero el trasportista seguía alegando sin razonamiento válido o tan quisiera coherente.
Al no entender las explicaciones de los “oficiales”, le informaron que tendría que llamar a las grúas para llevarnos y explicar lo sucedido.
Pero aún así no entendía razón, hasta de manera muy educada los “agentes” le volvieron a explicar que el accidente se estaba complicando más de lo debido y que un Ministerio Público sería ahora el encargado de solucionarlo.
Al parecer el chofer lo razonó, algo que no estoy muy convencido, ya que seguía azuzando a cuanto “chafirete” pasaba en mi contra, por lo que lo conminé a que no lo hiciera ya que ahora sería yo quien quisiera ir ante el MP para levantar una denuncia.
Los Agentes de Tránsito vieron esta situación y le explicaron nuevamente que esa actitud podría corresponder al delito de amenazas, por lo que debería abstenerse de volver hacerlo.
Por fin el chofer se dio cuenta que su actitud estaba errada y los uniformados nos dejaron ir sin más problema.
En esta ocasión la autoridad se comportó a la altura de la situación, no había nada que perseguir, solo el “arguende” de un chofer irracional que no entendía su culpabilidad en un incidente mínimo.
Por lo anterior, hago un reconocimiento de estos dos Agentes de Tránsito, que con el reglamento en la mano, paciencia e inteligencia resolvieron un problema sin necesidad de prácticas nocivas como las “mordidas”. Que por supuesto no la iba a dar.
Mi mayor felicitación.
Terminé
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