SSPC paga a empleado que hace campaña en el PRI
Vinicio Portela
Hernández
En lo que se está convirtiendo en la mayor desvergüenza de
institución pública por el grado de impunidad y corrupción, la Secretaría de
Seguridad y Protección Ciudadana impuso un “embajador” en las oficinas del
Partido Revolucionario Institucional para estar apoyando las labores de campaña
del proceso electoral.
Adrian Escobar se desempeña nominalmente en la SSPC como
Asistente Personal del Comisario Jefe Antonio
Torres Díaz, Coordinador de Administración de esa dependencia, quien está
ligado con el Presidente Estatal del PRI, Roberto Albores Gleason, quien fue
quien influyó para que ocupara su actual puesto de coordinador.
Por lo anterior, Torres Díaz, con la anuencia del Secretario
de Seguridad y Protección Ciudadana, enviaron a Escobar al “tricolor” para que
sirviera de enlace entre sus oficinas como persona de confianza y con ello
asegurar algún espacio político en el municipio de Pijijiapan, de donde es
originario.
Adrian Escobar desde el inicio del proceso electoral federal
se encuentra permanentemente despachando desde las oficinas del Revolucionario
Institucional ubicadas en el Parque Santo Domingo de la capital chiapaneca,
mientras que cobra su salario, de más de 14 mil pesos, en la sede de la
Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Antonio Torres Díaz desvía este recurso de la nómina
gubernamental a la campaña priísta, pero no es la primera vez que actúa de esta
manera, ya que en años anteriores fue despedido del Instituto de Seguridad
Social para los Trabajadores del Estado de Chiapas por mal versación, pero el
tráfico de influencias que ejerce Roberto Albores Gleason pudo librarlo de las
responsabilidades penales y lo instaló como Coordinador de Administración en la
SSPC.
Ahora desde ese espacio como servidor público, Torres Díaz sigue
con sus malos hábitos, ahora con nepotismo, y tiene a su “cuñado”, Daniel
Kumamoto, como Jefe del Área de Licitaciones, quien es el encargado de
cobrar los diezmos de los proveedores y hasta las cuotas de los puestos de
alimentos en el comedor de la Secretaría.
Así mismo, Antonio Torres, también metió a trabajar a
su hijo, Antonio Torres Montecinos, como custodio en la Subsecretaría de Ejecución de Sanciones
Penales y Medidas de Seguridad, pero el “junior” se la pasaba junto a su padre en
la Coordinación y nunca llegó a laborar, por lo que tuvo que renunciar a ese cargo,
para luego integrarlo como elemento de la Policía Fuerza Ciudadana con la
promesa de ascenderlo a Inspector Jefe.
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