En Síntesis…
La “ideóta” de “legalizar” las drogas
Vinicio Portela Hernández
En la actualidad y ante la falta de una verdadera estrategia de combate al narcotráfico, algunos personajes de la política nacional analizan la posibilidad de legislar a favor de la legalización de las drogas en nuestro país, entre ellos el flamante e inteligente (ja!) ex presidente de la República, Vicente Fox.
Esta idea plantea quitarles de tajo la comercialización de los enervantes a las mafias del crimen organizado y con ello arrebatarles la materia prima de sus apócrifas industrias.
La idea al aire no parece tan mala, es más algunos la consideran lógica, ya que al no haber un mercado negro de las drogas, se acabarían el poder de los Cárteles.
Ahora bien, supongamos que esto se realice y que los diputados y senadores se pongan a trabajar sobre una iniciativa para legalizar las drogas en todo el país.
Sé que es un verdadero esfuerzo pensar que los legisladores se van a poner a chambiar, pero hay que hacerlo.
Supongamos también, que esta nueva legislación sea aprobada por los Congresos locales y se publique en el Diario Oficial de la Federación, sin que exista un veto del Presidente de la República.
Cómo se iniciaría la reglamentación de cultivo de drogas y soy más específico para sólo ejemplificar un sólo enervante, cómo se desarrollaría la producción de marihuana en el país.
Ante este supuesto, entonces la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México (Sagarpa) tendría que realizar adaptaciones a sus protocolos de prioridades dentro del ramo agrícola, ya que ante la nueva legislación muchos campesinos querrían sembrar marihuana en sus tierras, luego entonces deberán iniciar una serie de capacitaciones para poder hacer rentable (¿?) esta nueva estrategia agropecuaria.
Por ello, se tendría que crear la Subsecretaría especializada en cultivos neurotóxicos, donde también entrarían, al igual que la marihuana, el tabaco, la caña de azúcar, el agave, la uva, el pellote, hongos alucinógenos, cebada y todo aquel agro-producto que sea utilizado para la fabricación de productos que con su consumo alteren la conducta y efecto psicoactivo y que en dosis excesivas o prolongadas produzcan tolerancia y dependencia, así como diversas afectaciones biológicas, psicológicas y sociales.
Ya que la Sagarpa tenga bien en claro cómo va hacer para controlar los cultivos de marihuana, tendrá que iniciar el proceso de comercialización, en esta fase la Secretaría de Economía sería la adecuada para ayudar a estandarizar un límite en el precio del enervante. Cuánto costaría el kilo de marihuana, podría el campesino venderla, habría una norma de calidad para este producto, estas interrogantes deberán ser subsanadas.
Sin dejar pasar que la federación tiene muchos incentivos económicos para los campesinos, entonces también: se les dará Procampo y en el caso del estado Campesino Seguro.
La comercialización del cannabis quién la efectuará, el gobierno federal dejará a los particulares ser intermediarios o sería la propia autoridad quien comercialice con el cáñamo.
Dejando a un lado el agro, la trasformación de la marihuana como sería, tendrían que legislar también sobre las Industrias y que harán con el enervante, las Cigarreras podrán realizar “churros”, como comúnmente se le conoce, y venderlos en cajetillas o puros, hacer mecates, telas, incienso, canastos, bolsas entre otras aplicaciones que se le pueden dar al cañamo.
En relación a la industrialización de la marihuana, dónde se venderían sus derivados, el gobierno las canalizaría a las tiendas comerciales como un artículo más, sería un producto farmacéutico, lo podrán comercializar a través de medios electrónicos.
Por supuesto “que este supuesto” se puede aplicar ante cualquier tipo de enervantes.
Y ahora sí, lo más importante, dónde se va a poder consumir las drogas, podría cualquier ciudadano ingerirlos en la vía pública, en su casa, en una fiesta, en algún comercio, o se diseñaría una zona de tolerancia donde se pueda consumir.
Claro que en el supuesto que se legalice la droga, entonces no sería delito, comprarla, portarla, almacenarla, comercializarla, regalarla, transportarla y peor aún, exportarla e importarla.
Lo cierto es, que si por algún motivo desconocido aún en México, los políticos se ponen de acuerdo y tratan de legislar la legalización de las drogas, lo único verdaderamente posible es que Estados Unidos nos impondría en “fast track” un embargo económico, que nos dejaría en la miseria en menos de un sexenio.
Los gringos son atascados y les encantan las drogas, son el mayor consumidor del mundo, pero también son mochos y se dan golpes de pecho, por lo que no permitirán que su traspatio se convierta en un jardín botánico de enervantes aún cuando sea para su deleite personal.
Pero ante lo que representa de trabajo legislativo que se tiene que realizar para legalizar la droga, esto en México sería una utopía parlamentaría. Los Diputados y Senadores tienen el “Mal de Jaimito El Cartero”, no legislan para evitar la fatiga.
Terminé
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